martes, 17 de marzo de 2009

Inocente Locura


Comenzó en los ochenta como algo mágico, cada tarde él la visitaba, podía contemplar por horas su inigualable belleza, sinceramente aquel hombre se había enamorado de ella. Cada tiempo libre se lo dedicaba a Samanta, una muchacha que solo vivía con su padre a quien nadie quería, porque mantenía relaciones con su hija mayor - Doris - donde nació una preciosa niña que a temprana edad daría a luz a Sam hijo también de un delincuente de la calle 7.
Desgraciadamente Samanta no contaba con su madre, pues había muerto de cáncer al útero, cuando ella solo tenía dos años. A pesar de tanto sufrimiento, ella siguió adelante con su vida junto al hombre que amaba.

A principios de los noventa, tras varios años de pololeo decidieron casarse, ella esperando un bebé y el sin saberlo. A pocas horas del compromiso le da la noticia, el hombre lleno de felicidad le responde con un suave beso, aquel niño se llamaría Manuel. Sin haber nacido aún, todos ansiaban su llegada, a tal punto que en solo tres semanas ya le tenían juguetes y ropa.

Pasaron los meses y Manuel vio por fin la luz el tres de diciembre de mil novecientos noventa, pero nada de la alegría que se había sentido una vez por él reinaba ahora… El niño había nacido con fibrosis quística, una enfermedad respiratoria gravísima en la que solo le dieron 9 años de vida. Esto provocó un gran remesón en la familia, decidieron vivir el día a día, sin importar lo que sucediera se demostrarían el cariño sin fin.

Pasaron los años, Manuel no mejoraba, no crecía y tenía bajo peso, Samanta y su marido estaban desesperados, las medicinas eran carísimas, con bingos, rifas y completadas lograban cancelar los quinientos mil pesos al mes que requería la enfermedad, estaban devastados, pero aun quedaba amor entre ellos, de ese amor, nació Melisa, la cual desafortunadamente no tuvo la misma atención emocional que su hermano.

La niña creció prácticamente sola, sin grandes cosas, ella solo quería amor de sus padres, del cual solo disponía cuando su hermano dormía, ya que necesitaba demasiado cuidado para sobrevivir consumiendo por completo la vida de la joven pareja, solo cuando llegaban a tener un momento de paz se dirigían a la habitación de Melisa, pero ya era tarde, siempre la encontraban dormida. Nada de esto era raro para ellos, es más agradecían a la vida que la niña era fuerte, sana y sin mayores necesidades.

-Craso error de ambos-, la niña comprendía que no le daban la misma atención que a su hermano, se sentía sola, a menudo lloraba, la única compañía que tenía eran unos cuantos juguetes, que para variar no eran muchos ni tan agraciados, porque ni eso le regalaban. Sin quererlo fue desarrollando una personalidad doble, la buena era la de una niña amorosa, tierna, extremadamente feliz; mientras que la mala era la de una niña llena odio por sus padres, solitaria, agresiva y vengativa.

Con el tiempo se fueron agudizando estos rasgos, cada vez más lista, cada vez más desgraciada; paralelamente su hermano empeoraba, no subía de peso, apenas podía realizar sus ejercicios y por si fuera poco, su padre quedó cesante, en casa solo se podía respirar amargura.

Salieron adelante como pudieron, Samanta vendía día por medio ropa en la feria y su esposo hacía trabajos esporádicos de construcción, permitiendo tener un capital para su nuevo proyecto, un mini almacén, para solventar gastos comunes sin tener que moverse de casa y seguir cuidando de sus hijos, especialmente de Manuel.

Con mucho esfuerzo lograron levantar su negocio, tardo años en volverse realidad, los niños ya estaban más grandes, Manuel milagrosamente se estaba recuperando, creció y presentó un notable cambio dentro de su enfermedad, lo cual era muy raro, porque dentro de 500 niños que tienen esa enfermedad solo él y otro más eran diferentes al resto. Bajo estas circunstancias el gremio de médicos del Estado, decidió costear su enfermedad a cambio de obtener un método curativo a los demás pacientes con fibrosis quística.

La vida de esta familia volvía a sonreír, con tanta alegría, celebraciones y cariños entre la pareja, nació un nuevo integrante - Samuel - todo marchaba perfecto aparentemente, la gente compraba más que nunca en el mini almacén, hasta que llego el tiempo de sacar cuentas, faltaba dinero y las cosas se desaparecían sin explicación alguna. Sus caras demacradas lo decían todo, tanto esfuerzo para nada, pero no se quedaron conformes, por alguna razón sospechaban algo, entonces decidieron investigar el caso.

Una tarde se escondieron a ver qué sucedía, vieron que Melisa sacaba el dinero, lo guardaba en sus bolsillos y tomaba golosinas antes de salir donde sus amigos. Desilusionados de la niña decidieron encararla, pero ella lo negaba todo, desde ese día comenzó a mentir con frecuencia ante cada mal acto en el que se le sorprendía, creaba historias dolorosas que la involucraban fuertemente, las que más de una vez hicieron llorar a su madre. Salía temprano y regresaba de noche, nadie sabía dónde ubicarla. Manuel no le encontraba sentido a la mala conducta de su hermana, pues no podía creer que a sus padres los hiciera sufrir, si ellos eran los mejores del mundo, los amaba tanto que no podría darle qué hacer a ellos, siempre se mostró como un buen hijo en agradecimiento a todo el cuidado que le dieron.

A Samuel lo cuidaba su hermano mayor, mientras sus padres trabajaban y su hermana hacia de las suyas en la calle. Un día el bebé se enfermó gravemente, tuvieron que llevarlo de emergencia al hospital, nuevamente reino el dolor en sus vidas, pues el niño tenía exactamente la misma enfermedad que Manuel.

¡Qué pesadilla! Pareciese que todas las maldiciones se hubiesen posado en esta familia destrozando cada momento de felicidad existente en ellos, para colmo Melisa comenzó a beber…

Con el fracaso del negocio, la enfermedad de Samuel y la mala vida que estaba llevando su hija decidieron vender la casa al banco, el cual de catorce millones solo le pagó la mitad en castigo al incumplimiento de las fechas de pago. Con el dinero que tenían sumado también ahorros y préstamos de casas comerciales, compraron la casa de - María - la suegra de Samanta, quien había fallecido por una negligencia médica. Ella estaba incapacitada para hacer cualquier cosa sola, porque su brazo derecho estaba prácticamente molido, por esta razón debía asesorarse por enfermeras que jamás la cuidaron, la dejaron bañarse sola; mientras la caldera de agua caliente del hospital se reventó quemando el cuerpo de la noble mujer, ni siquiera escucharon sus gritos de dolor…

Después de este episodio macabro resistió solo dos días, su cuerpo quedó tan hinchado por las quemaduras con agua hirviendo que tuvieron que hacerle un cajón más grande y su ropa solo la tendieron en su cuerpo. Se rumoreó que estuvo horas y horas bajo el chorro de la muerte. Sinceramente este hecho caló profundamente en cada uno de los integrantes de esta familia, sobre todo en Melisa que adoraba a su abuelita. Los siete hermanos hicieron lo imposible para que los responsables pagaran con la cárcel, pero el asunto quedó en nada, el abogado que los asesoraba era un corrupto que por miedo a represalias del Hospital desistió del caso. Fue tan cara la maniobra para ellos, que no tenían con que pagarle a otro abogado y continuar el caso.
María era la única propietaria de la casa, su marido había fallecido un año antes de cáncer al estómago, por lo tanto era la soberana del lugar como también la unión de su familia - todos la querían -. Al morir, la propiedad quedó en mano de los siete hermanos, solo cinco de ellos decidieron venderle la casa al esposo de Samanta, porque el menor vivía con su esposa e hijas en ella y no estaba dispuesto a dejarla.

Como la mayoría gana, Samanta logró comprar la casa, le pagó lo que debía pagarles a cada uno, comenzando una nueva vida junto a su círculo sanguíneo y ¿adivinen? Sí, nuevamente comenzaron los problemas.

Melisa tenía mala conducta en el nuevo colegio, después de clases se tardaba en regresar a la casa y cuando se dignaba a hacerlo llegaba toda borracha y drogada. Fue tanta su locura que intentaba suicidarse cada vez que podía, sus brazos presentaban claros signos de ello, todos cortados, quemados y moreteados. Se iba de la casa cada vez que peleaba con sus padres o la retaban, ya no sabían qué hacer con ella. Había días en que era un amor de persona, cocinaba, hacía el aseo en casa, no salía, luego, volvía a la locura sin previo aviso.

Decidieron llevarla al psicólogo - fue un espanto – tres profesionales se negaron a atenderla, su evidente bipolaridad hacia perder horas y días de estudio de su comportamiento. El último profesional que la vio la derivó a un siquiatra obligándola a tomar pastillas que vomitaba metiéndose los dedos a la boca; mientras tanto, para que hiciera caso, la amenazaban con llevársela a un internado al que le tenía pánico. Fue innumerables veces a declarar ante la policía del porque de sus desapariciones y en cada una inventaba cosas que fuesen creíbles.

Cuando la niña estaba “bien”, contaba todas las cosas que hacia mientras no estaba en casa, era una manera de sacarse la culpa con la que vivía y reflejaba en su mirada tristemente perdida. Cada palabra destruía la vida de sus padres. Dentro de los testimonios que más marcaron su vida fue la violación que tuvo a los seis años por su tío - Sergio -, jamás pudo comprender por qué él le había hecho tanto daño, los acosos de su primo – Enrique -, el alcohol y drogas que consumía con sus amigos skinhead en una casa okupa, y la relación que mantuvo el tiempo en que permaneció fuera de casa con un skinhead de treinta y cinco años; mientras que ella solo tenía quince.

Verdaderamente su vida estaba perdida, marcada por el odio, desesperación y desenfreno. Todo lo hacía para que la tomaran en cuenta, deseó tanto estar enferma que al final se le concedió el deseo, los médicos dictaminaron que ella hacía locuras, porque dos neuronas que no debían tener relación alguna, cada cierto tiempo chocaban y producían el desorden en su cabeza, éste problema claramente se provocó cuando era pequeña y de haber sido tratado antes, ella sería una persona normal en estos momentos. Al escuchar estas palabras, los padres de Melisa, rompieron en lágrimas, el sentimiento de culpa los invadía, por dejar a su niñita de lado.

Cada vez que podía Melisa se disculpaba frente a las maldades que hacía, porque no eran su intención, sin embargo las seguía haciendo.

Sus hermanos continuaron viviendo, Manuel con una mayor esperanza de vida, trabajando y estudiando - siempre el ejemplo de la casa, buen hermano e hijo - Samuel, inquieto de baja estatura y peso, próximo a internarse en una clínica donde le harán un estudio para tratar su enfermedad, su padre con diabetes y sin trabajo, porque asaltaron a su empleador dejándolo grave en el hospital y sin ninguna herramienta de trabajo. Finalmente a Samanta, su madre, le detectaron cáncer uterino, siempre la culparon de la enfermedad de sus hijos, pero igual salió adelante por el amor a ellos y el agradecimiento a la vida, porque aunque le dio una familia llena de enfermedades y problemas vivió el día a día demostrando su cariño y continuará haciéndolo hasta el fin de sus días.
Virginia Marín.

3 comentarios:

Lalo dijo...

Muy bueno tu texto :)
ahora que me explicaste cual era el verdadero significado dentro de él
no se porque me llegó un lumazo indirectamente lalala
pero aun asi
esta genial

ojala sigas en la misma senda de crear y enseñar porque en este mundo hace falta gente como tu

te kiero :)

Anónimo dijo...

muy buen texto chipamogli...
exelente redaccion y gran contenido emocional...
me gusto muchisiiisisimmo...
deberias escribir mas...pq escribes genial...
me gusto muxio...

Dark_grillO..0 dijo...

mish... y tienes comentarios...
tienes arrastre y eso es bueno
vas a tener exito en lo de blog...
me impresiono mucho la historia, y sinceramente me llegaron muchas cosas a mi memoria, entre ellas, reflexiones y pensamientos. Incluso más ahora con la noticia de Carlos y su rara enfermedad osea... sólo Dios sabe porque hace algunas cosas... y lo unico que podemos hacer nosotros
es apoyarnos, como hermanos, como amigos...
de verdad me llegó mucho la historia; ya otros comentarios los haré en personal...

saludos!